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Arquitectos: Sursuroeste arquitectos
- Año: 2021
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Fotografías:Fernando Alda
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Centro Cívico ¨Los Silos¨ responde a una casuística a escala global: la reformulación como equipamientos de cercanía de parcelas, edificaciones o infraestructuras agrarias, sin un valor patrimonial histórico catalogable, que quedaron incrustadas dentro de tejidos residenciales fruto del desarrollo del último medio siglo en las periferias urbanas, ocupando el territorio agrícola limítrofe.
Sin renegar a la condición investigadora sobre la forma, se propone la puesta en valor de los atributos de un contexto débil, donde lo urbano permite aún una reverberación de lo rural: el “susurro del lugar” en palabras de Rafael Moneo. Esto permite a la comunidad incorporarse al proyecto desde el binomio de progreso e identidad, especialmente necesario en estos ámbitos desfavorecidos socialmente.
Se tenía el reto de sustituir unas instalaciones de chapa para almacenar el grano, sin valor material ni arquitectónico, pero con impronta en la memoria local colectiva. La manzana y el tejido en el que se incorpora se orienta al agro romano de la Vega del Guadalquivir. La manzana viene medida por el frente de las edificaciones de la antigua Cámara Agraria. Desde inicios de siglo, estos espacios fueron derivando en áreas de apoyo social a una comunidad de recursos limitados, sin un planteamiento global de la manzana, según las posibilidades presupuestarias de las administraciones públicas.
Objetivos, intenciones y planteamiento del proyecto u obra.
Los silos existentes sustituidos dotaban de un carácter agrario a la zona residencial. Su estado y forma suponían su eliminación. El nuevo edificio incorporara la escala de este tipo de construcciones. Por otra parte, los secaderos, construcciones de almacenes abiertas en celosía cerámica, es una imagen recurrente para los que conozcan estos lugares agrícolas de la provincia de Sevilla y el valle del Guadalquivir en general
El edificio había de permitir una cierta independencia, no sólo de uso, sino como pieza arquitectónica de nueva factura, capaz de recomponer la esquina de los dos viarios que la conforman. Por otro, como parte de un conjunto mayor ligado a servicios públicos, había de mantener un diálogo con los espacios preexistentes, de escalas variopintas.
El conjunto resultante se ajusta a diversas escalas a partir de los volúmenes que genera. La planta baja se reconoce como un basamento de movimientos más público y abierto al patio de la parcela. Sobre él se apoya desplazado el paralelepípedo uniforme de la planta superior, en el que se desarrollan programas necesitados de concentración, aportada por la celosía cerámica, que rememora los antiguos secaderos de la Vega. En la linde norte de la parcela, dicho basamento se pliega en vertical en forma de “L”, con una mayor altura que rememora la presencia de los silos preexistentes.
Uso y utilidad.
El edificio se ha ordenado disponiendo en planta baja una sala polivalente y despachos, en la planta alta tres aulas formativas, y en el sótano almacenes destinados a archivo municipal. Las plantas se comunican con sendas escaleras, una principal de uso público, junto a un ascensor, y una secundaria de uso restringido que puede ser utilizada como salida de emergencia.
Una vez en el Vestíbulo de entrada se accede al mostrador de recepción del edificio. Su posición estratégica, hace que desde el mismo se pueda controlar visualmente múltiples situaciones. Desde el vestíbulo se ingresa a la sala polivalente, que posee un acceso independiente. En nivel de planta primera se encuentran las tres aulas de formación. Junto a ellos se disponen servicios de apoyo y la escalera de servicio que comunica directamente con la salida secundaria del edificio. Dos de las aulas cuentan con un muro móvil de separación, para integrarse en una sola de mayor tamaño.
Para favorecer los fines apuntados, el volumen de la planta primera se envuelve en todo su contorno con una celosía de piezas cerámicas, matizando la presencia de los huecos que, protegidos de la luz por dicha celosía, hace que el conjunto generado adquiera mayor abstracción.
De la construcción.
El proyecto ha permitido un correcto destino de los recursos económicos disponibles. La sencillez de soluciones como la estructura de hormigón armado y fachada convencional de doble hoja, los suelos de PVC u hormigón pulido en sótano y otras soluciones efectivas y asequibles encuentran su optimización en el cuidado en las junturas de estos materiales, que se aprecian en su geometría, pero también en el uso pormenorizado de contados materiales nobles.
El afán por dominar la escala, la utilidad y los materiales, sean probablemente los talismanes ante el paso de un tiempo discontinuo y líquido, tanto es así que la prensa da por hecho que el nuevo edificio “son unos antiguos silos agrarios que se transforman en el nuevo centro cívico”. La celosía cerámica y la chapa microperforada son declinadas aquí a favor de un ajuste en el lugar y un mejor comportamiento de los espacios a la luz, pero también de un mejor mantenimiento del edificio y nivel de seguridad. Pero sobre todo en la confianza de que estos materiales ayuden a activar la memoria de sus usuarios, facilitándoles así un sentido de identidad.